Se ha hecho la promesa: "La información digital es para siempre. No se deteriora y requiere muy poco de los materiales usados por los medios." Asi se expresó uno de los lideres de la emergente era digital, el fabricante del computer-chip, Andy Grove, jefe de la Corporacion Intel. Otro gran lider, el bibliotecario del Congreso, James H. Billington, se ha propuesto digitalizar la biblioteca más grande del mundo, de manera que su contenido pueda llegar a será accesible por cualquier persona, en cualquier parte y para siempre.

Pero ha caído una sombra. "Suena gracioso", escribió el investigador Jeff Rothenberg de la RAND en 'Scientific American', "decir que la información digital permanece para siempre - o cinco años - cualquiera que sea lo primero."

La media digitalizada tiene algunos atributos de inmortalidad. Posee una gran claridad, una gran universalidad, una gran confiabilidad y una gran economía -- el almacenaje digital es hoy en dia tan compacto y tan barato que es practicamente gratis. Muchas personas se han sorprendido y disgustado por la reaparición del correo electrónico preservado perfectamente, o de los comentarios de grupos noticiosos en la RED que ellos escribieron "nonchalantly" hace años, y del cual se habían olvidado.

Aun así, esas mismas personas descubren que no pueden volver a visitar sus propios archivos en el procesador de palabras o sus expedientes financieros de hace 10 años. Resulta que aquellos archivos que fueron tan cuidadosamente guardados, fueron escritos con una aplicación que hoy día está obsoleta, usando un sistema operativo que también ya está obsoleto, en un ordenador desaparecido ya hace tiempo, usando un ahora sistema antiguo de archivar (En donde puede uno encontrar hoy en día un computador donde se pueda usar un diskette de 5 1/4-pulgadas?).

Arreglar el tema de discontinuacion digital suena exactamente como la clase de problema que la informática acelerada pudiera solucionar. Pero la rapidez de la tecnología de la informática es el problema en si: Al constantemente acelerar sus propias capacidades (haciendo herramientas rápidas, más baratas, más fuertes, las que a su vez hacen herramientas aún mas rápidas, más baratas, más fuertes), la tecnología está constantemente en un proceso que la hace tornarse obsoleta ella misma. El gran creador se convierte en el gran borrador.

Detrás de cada nuevo ordenador de trabajo, existe un rastro de cuerpos de extintos ordenadores, extintos almacenajes de datos, extintos archivos. El escritor de ciencia ficción Bruce Sterling, se refiere a nuestra época como "… la época dorada de la media fallecida, la mayoría de ellos con una esperanza de vida de trabajo similar a la de un paquete de Twinkies."

En el Internet, Sterling está amontonado un listado de ordenadores personales que alguna vez tuvieron nombres honorables tales como: Altair, Amiga, Amstrad, Apples I, II y III, Apple Lisa, Apricot, Atari, AT&T, Commodore, CompuPro, Cromemco, Epson, Franklin, Grid, IBM PCjr, IBM XT, Kaypro, Morrow, NEC PC-8081, NorthStar, Osborne, Sinclair, Tandy, Wang, Xerox Star y Yamaha CX5M. Enterrados juntos a ellos hay clanes enteros de lenguajes de programación, de sistemas operativos, de formatos de almacenaje, y de incontables putrefactas aplicaciones que se están descomponiendo en una infinita variedad de versiones mutuamente incompatibles. Todo lo escrito en ellas fue escrito al viento, sin dejar rastro alguno.

El informático científico Danny Hillis observa que tenemos buena información en bruto sobre épocas anteriores las cuales fueron escritas en arcilla, en piedra, en pergamino y en papel, pero a partir de los años 50's hasta el presente, la información registrada desaparece cada vez más en un abismo digital. Los historiadores considerarán esto una época oscura. Los historiadores de la ciencia pueden leer la correspondencia técnica de Galileo de los años 1590's, pero no la de Marvin Minsky de los 60's.

No es únicamente que los formatos de los archivos están siendo rápidamente obsoletos; los mismos medios físicos tiene una duración muy breve. Las medios magnéticos, tales como diskettes y cintas, pierden su integridad entre 5 y 10 años. Los medios grabados ópticamente, tales como CD-ROMs, si son utilizados una sola vez, duran únicamente de 5 a 15 años, antes que se degraden. Y los archivos digitales no se degradan tan elegantemente como las cintas de audio análogas. Cuando fallan, fallan completamente.

Más allá de lo efímero en los formatos de datos y de los medios de almacenamiento digital, hay un problema aun más profundo. Los sistemas informáticos de gran escala son la base para el manejo de corporaciones, instituciones públicas, y en efecto, sectores enteros de la economía. Con el paso del tiempo, estos enormes sistemas llegan a ser desalentadoramente complejos e irreconocibles, al serles agregadas nuevas características; los viejos fallos de funcionamiento son arreglados con capas de "parches", generaciones de programadores agregan nuevas herramientas de programación y estilos, y partes del sistema son reproyectadas para adquirir novedosas funciones. Tanto con respeto como con aversión, los informáticos profesionales llaman estos monstruos "sistemas de legado". Bromeando, una nueva función proveniente de un sistema de legado, no se hace a través de comandos, sino realizando cautelosos experimentos de alquimia que, con suerte, convergerán hacia el resultado deseado.

De esta manera el temor más grande aparece: estamos en el proceso de construir un vasto ordenador global, que pudiera convertirse fácilmente en el sistema de legado del infierno que sostuviera como rehén a la civilización --- el sistema realmente no funciona; no puede ser reparado; nadie lo entiende; nadie está a cargo de él; no se puede vivir sin el, y cada año se pone peor.

La sangrienta tecnología del hoy es el sistema roto del sistema de legado del mañana. Los elementos de programación comercial se escriben casi siempre con una tremenda rapidez, a la velocidad permanente del mercado acelerado. Se puede preveer un "camino de mejoría" para la versión del año próximo, pero las décadas por venir están fuera de su alcance. Y las sociedades viven en función por décadas; las civilizaciones, por siglos.

Los archivistas digitales son parte de un linaje antiguo de copiadores y de traductores. El proceso, ahora y siempre, puede introducir errores de copia al ser copiados con "mejoras" falsas, pudiendo perder el equivalente a los volúmenes de Aristóteles. Pero la práctica también construye el puente entre la era del lenguaje humano --- del Griego al Latín, al Inglés, a cualquier cosa que le siga.

El archivista Howard Besser precisa que los artefactos digitales son cada vez más complejos para ser reestablecidos. Primero está el problema de la visualización --- un libro puede ser visto pero, pero el contenido de un CD-ROM es invisible hasta que se abra en algo. Entonces tenemos el problema del codificado --- las innumerables formas en que los archivos son comprimidos y, cada vez más, cómo cifrados. Hay otros problemas de interelación --- los hipertextos o enlaces de sitios en la Red que estuvieron activos en su forma original, son ahora callejones sin salida. Y los problemas de traducción ocurren de la manera en que los diversos medios se comportan --- asi como una fotografía de una pintura no es la misma experiencia como lo es la pintura en sí, mirando un medio a través de una pantalla no es igual que experimentar una inmersión en dicho medio. Mirar un juego no es lo mismo que estar jugándolo.

Un conjunto de mejores prácticas está emergiendo gradualmente para asegurar la continuidad digital: Utilice los formatos del archivo más comúnes, evite la compresión en lo posible, mantenga un registro de cambios en su archivo, emplee una metadata estandar, haga copias múltiples y así sucesivamente.

Otra aproximación es a través de los estándares comunes, como lo son el código de la DNA en genes, o el chino escrito en Asia, legible a través de los tiempos, mientras que todo cambia a su alrededor y a través de ellos. El lenguaje de programación de plataforma independiente llamado Java se jacta con su lema "escrito una vez, ejecútelo donde quiera." Uno de los creador de Java, Bill Joy, afirma que el lenguaje "está tan bien especificado que si Usted escribe una versión simple de Java en Java, se convierte en una Piedra de Rosetta. Extraterrestres, o seres humanos lo suficientemente inteligentes, podrían eventualmente descifrarlo porque es una implantación de sí mismo." Amanecerá y veremos…

El ejercicio es siempre el mejor preservador. Los trabajos religiosos importantes son impresionantemente persistentes porque cada época los copia, los analiza y los utiliza. Los libros viven y son mantenidos en forma contemporaria por medio de su uso frecuente.

Dado que los artefactos digitales están excediendo rápidamente a todos sus posibles usuarios humanos, Jaron Lanier recomienda el empleo de inteligencias artificiales a manera de mantener los artefactos ejercitados de forzada contemporaneidad través de los siglos. No obstante, incluso los mismos robots pudieran romper la continuidad. Lo más confiable de todo sería una estrategia de dos formas: Mantener un artefacto digital perpetuamente accesible, registrar su versión actual en un medio físicamente permanente, tal como discos de silicona 'microetched' por las Technologies Norsam en Nuevo México; después, permitir a los usuarios, robots o humanos, migrar el artefacto a través de las generaciones de versiones y plataformas, deteniéndose de vez en cuando para registrar la nueva manifestación en un disco de Norsam. Un camino es lento, periódico y conservador; el otro, rápido, constante y adaptante. Cuando la cadena de uso eventualmente se rompa, deja un expediente permanente de la cadena hasta entonces, de manera que el artefacto pueda ser reestablecido para empezar una nueva cadena.

Cómo podemos invertir en un futuro acerca del cual ya sabemos que es estructuralmente incapaz de guardar la fe con su pasado? Las industrias digitales deben dejar de ser la fuente principal de la atención siempre corta de la sociedad para convertirse en garante confiable de la perspectiva a largo plazo. Sabremos que ese cambio ha sucedido cuando los programadores comienzan a anticipar el problema del año 10.000, y asignen cinco dígitos en vez de cuatro a las fechas del año. "01998" lo escribirán, al principio frívolamente, pero luego con mucha seriedad.

-Stewart Brand

Publicado primero como "Written on the Wind", en 'Civilization Magazine'; Noviembre de 01998.

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